¿Nunca te has preguntado como trabajan los artesanos del siglo XXI? Guía básica del trabajo de un desarrollador web.

El primer paso a seguir a la hora de construir una web es la planificación de la misma, así como darle una estructura base. Antes de empezar con WordPress, lo primero es definir los objetivos de la web: ¿Es una tienda online, un portfolio o un blog corporativo? Herramientas como los wireframes ayudan a organizar secciones clave, igual que un alfarero hace un bosquejo del tipo de pieza que se dispone a moldear en arcilla. En WordPress, esto se traduce en elegir una plantilla adecuada y configurar la jerarquía de páginas. Sin una base sólida, el proyecto puede volverse caótico.
El segundo paso consiste en la elección de las herramientas que nos ayudaran a hacer posible la web. Entre ellas encontramos los plugins y los temas. WordPress destaca por su flexibilidad, pero abusar de plugins puede ralentizar el sitio. La clave es usar solo lo necesario: temas rápidos como GeneratePress o Kadence, y plugins esenciales como Elementor (para diseño) o WP Rocket (optimización). Cada añadido debe justificarse, igual que un artesano elige sus herramientas para no llenar su taller de trastos. Investigar y comparar opciones evita problemas futuros.
El tercer paso es planear y llevar a cabo la experiencia de usuario. Aquí es donde el trabajo artesanal se nota: ajustar colores, tipografías y espaciados para que la web sea intuitiva. WordPress permite personalizar esto fácilmente con el Customizer, pero hay que seguir principios básicos de UX: botones visibles, menús sencillos y contenido bien organizado. Una web bonita pero difícil de navegar es como un mueble incómodo, inútil por muy bien acabado que esté.

El penúltimo paso, pero en realidad uno de los más importantes, es hacer la web responsive. Se adapta a todo tipo de pantallas (móvil, tablet, PC) y navegadores. Plugins como BrowserStack simulan cómo se ve en cada pantalla. También es crucial revisar la seguridad (Wordfence o Sucuri) y el rendimiento (GTmetrix). Nadie entrega un trabajo sin revisarlo, y en desarrollo web esto es aún más crítico: un error técnico puede alejar a los usuarios.
Por último, es importante destacar que las webs no se termina al hacerlas, estas requieren de un mantenimiento constante para su correcto funcionamiento. WordPress requiere actualizaciones frecuentes (core, plugins y temas) para evitar vulnerabilidades. También conviene monitorizar el rendimiento con herramientas como Google Analytics y hacer backups periódicos. Podemos asemejarlo al mantenimiento del taller de un artesano, el lugar de trabajo debe estar organizado y bien cuidado para que siga funcionando.
Muy interesante